El lobo siempre ha sido un tradicional enemigo del hombre de las zonas rurales, generando terror entre los campesinos. Sus aullidos nocturnos asustan tanto a animales como a hombres, especialmente cuando la manada hambrienta sale a buscar comida.
En épocas invernales, de escasez alimentaria, no era raro que se acercaran en grupo a las aldeas y atacaran algún animal de la granja para llevarlo hacia los arbustos y devorarlos.La imagen de la sangre en la nieve junto a sus huellas puede dar lugar a cualquier tipo de leyenda, como las que narran la existencia del licántropo, hombre lobo que aparecía en las noches de luna llena, encabezando la manada buscando víctimas (que ya a esta altura eran humanas) para llevar a cabo su venganza.
La creencia en los hombres lobo, se origina en la facultad que les atribuyen a los hechiceros y a las brujas, de convertirse en animales para realizar sus conjuros. En realidad, los hechiceros de las tribus creían que convirtiéndose en un determinado animal adquirían todas sus virtudes, las que dependían de la característica más notable del mismo (la fuerza del león, etc,), para lo que usaban sus pieles, o plumas, y algunas sustancias alucinógenas.
Por lo tanto, a lo largo de toda la Edad Media muchos teólogos consideraron la licantropía (La palabra licantropía deriva del término griego licos que significa lobo y de antropos que significa hombre) como una forma de brujería. La creencia era que, "con la ayuda de Satanás las brujas podían transformarse a sí mismas en animales peligrosos, particularmente en lobos, con propósitos hostiles hacia los demás."
Así, nuevamente un animal poco comprendido pasa a ser dominio de lo oculto, aliado de las brujas y lo desconocido, cuando el animal lo único que busca es paliar su hambre, y comienza a ser perseguido al igual que las brujas, considerando que si se mata a un lobo hay una bruja menos.
Una de las supersticiones asociada a este animal es la de anunciar la muerte de una persona cuando se escucha su aullido, momento en que hay que realizar la señal de la cruz.
Posteriormente, con la llegada de las grandes concentraciones urbanas, esta tradición se le adjudica a su "pariente" el perro.
En épocas invernales, de escasez alimentaria, no era raro que se acercaran en grupo a las aldeas y atacaran algún animal de la granja para llevarlo hacia los arbustos y devorarlos.La imagen de la sangre en la nieve junto a sus huellas puede dar lugar a cualquier tipo de leyenda, como las que narran la existencia del licántropo, hombre lobo que aparecía en las noches de luna llena, encabezando la manada buscando víctimas (que ya a esta altura eran humanas) para llevar a cabo su venganza.
La creencia en los hombres lobo, se origina en la facultad que les atribuyen a los hechiceros y a las brujas, de convertirse en animales para realizar sus conjuros. En realidad, los hechiceros de las tribus creían que convirtiéndose en un determinado animal adquirían todas sus virtudes, las que dependían de la característica más notable del mismo (la fuerza del león, etc,), para lo que usaban sus pieles, o plumas, y algunas sustancias alucinógenas.
Por lo tanto, a lo largo de toda la Edad Media muchos teólogos consideraron la licantropía (La palabra licantropía deriva del término griego licos que significa lobo y de antropos que significa hombre) como una forma de brujería. La creencia era que, "con la ayuda de Satanás las brujas podían transformarse a sí mismas en animales peligrosos, particularmente en lobos, con propósitos hostiles hacia los demás."
Así, nuevamente un animal poco comprendido pasa a ser dominio de lo oculto, aliado de las brujas y lo desconocido, cuando el animal lo único que busca es paliar su hambre, y comienza a ser perseguido al igual que las brujas, considerando que si se mata a un lobo hay una bruja menos.
Una de las supersticiones asociada a este animal es la de anunciar la muerte de una persona cuando se escucha su aullido, momento en que hay que realizar la señal de la cruz.
Posteriormente, con la llegada de las grandes concentraciones urbanas, esta tradición se le adjudica a su "pariente" el perro.
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