Los duendes son seres mitológicos elementales de la naturaleza, guardianes de los bosques y de todos los seres vivos que habitan en ellos. Son criaturas pertenecientes a la mitología pagana germánica que todavía sobrevive en el folclore de Europa del norte. En la mitología de los nórdicos, estas criaturas eran originalmente consideradas como una raza de dioses de la naturaleza y de la fertilidad, aunque de menor importancia.
Los duendes forman parte de la raza elemental feérica, junto con sus homólogos elfos, trols y hadas, son guardianes de la naturaleza y son los seres más populares de las mitologías celta y nórdica, ya que tanto vikingos como celtas, veneraban a la naturaleza, a pesar de que durante la Edad Media estos dos pueblos estuvieron en guerra. Los duendes se distinguen de los elfos por su pequeño tamaño, sus orejas son puntiagudas, algunas especies son de nariz grande y otras pequeña, su cabello es largo y suelen ser peludos y portan largas garras. Son semejantes a un niño pequeño en estatura.
Pero los duendes no solo son esos pequeños seres que se mencionan anteriormente, también lo son, las plantas, las flores la naturaleza en general es su hábitat, es por eso que los celtas y vikingos veneraban tanto a la naturaleza.
Algunos duendes consortes en brujería o hechicería pagana eran llamados familiares. Se dice que los druidas celtas y los hechiceros satánicos los usaban como espías o ayudantes para conjuros, que la madre tierra otorgaba estos ayudantes a sus druidas más selectos, en el caso de los satánicos, el mismo Diablo era quien lo hacía, es por ello que se les atribuía forma de un animal pequeño por ser discretos, ya fuera como un gato, hurón, sapo, rata o murciélago.
Suelen ser expertos en la magia, adivinación y demás ciencias ocultas, sin embargo, su magia es ineficaz contra alguien que porte un trébol de 4 hojas, son intolerantes a la imagen de San Patricio, el santo patrón de Irlanda, ya que fue este quien "les desterró de la casa de Dios", aunque en el día celebrado a este santo (17 de marzo) se dice que es cuando todos los duendes y demás seres de la fauna faérica emergen de sus escondites haciendo calamidades por doquier. Se les puede matar con hierro forjado, aunque también se les atribuye vulnerabilidad a la plata, al igual que los hombres - lobo, ya que la plata se considera un "metal santo" y las armas de plata son de especial predilección para hacer frente a demonios y demás seres.
Según las leyendas se pueden crear mediante la obtención de unas plantas que solo salen en La noche de San Juan. Estas plantas se deben guardar en una botella o recipiente fabricado en vidrio de color negro. que no se vea el interior del recipiente. Se debe dejar la botella cerrada durante toda la noche de San Juan y por la mañana abrirla y saldrá el duende creado para ser tu sirviente.
La tradición y el folclore de los duendes varia acorde al país donde a los "Duendes y elfos" se les conoce también por diferentes nombres.Según la mitología celta británica, el rey de los duendes y elfos responde al nombre de Lord Oberón, y se le menciona en Macbeth y demás obras del poeta inglés William Shakespeare, además que también se le hace mención en el Fausto de Goethe junto con un coro de silfos que invoca Mefistófeles con tal de seducir al doctor Fausto.
Según la historia de Fausto, Lord Oberón contrae matrimonio con la reina de las hadas, Lady Titania, para así consagrar la unión de ambos reinos elementales de la naturaleza. Oberón tiene un consorte que lo acompaña a todos lados, Puck, un duende menor erudito en la magia, prolongando así la dualidad clásica de la literatura Rey - Mago, tal como Arturo y Merlín.
En los cuentos tradicionales infantiles, la figura del duende suele asociarse a pequeños seres bonachones, que acostumbran a ayudar en secreto a los humanos, recompensando las buenas acciones y castigando a las personas egoistas y deshonestas. Representativo es el clásico de El zapatero y los duendes, de los Hermanos Grimm.
Herederos de esa tradición son muchos de los cuentos contemporáneos sobre duendes, como Un duende a rayas, de María Puncel, Los Duendes de Cristal, de Yolanda Lleonart, Los duendes de colonia-Estrella, de Augusto Kopish, o Los duendes de Navalcarnero, de Rubén Serrano.
También existe la literatura faérica de terror, tal es el caso de las novelas Extraña Simiente y Cuento Infantil de T.M. Wright y Cuento De Hadas de Raymond E. Feist, en estas historias, los duendes, hadas y demás fauna elemental se convierten en malvados dejando a un lado el prototipo bondadoso que muestran los cuentos para niños.
Los duendes forman parte de la raza elemental feérica, junto con sus homólogos elfos, trols y hadas, son guardianes de la naturaleza y son los seres más populares de las mitologías celta y nórdica, ya que tanto vikingos como celtas, veneraban a la naturaleza, a pesar de que durante la Edad Media estos dos pueblos estuvieron en guerra. Los duendes se distinguen de los elfos por su pequeño tamaño, sus orejas son puntiagudas, algunas especies son de nariz grande y otras pequeña, su cabello es largo y suelen ser peludos y portan largas garras. Son semejantes a un niño pequeño en estatura.
Pero los duendes no solo son esos pequeños seres que se mencionan anteriormente, también lo son, las plantas, las flores la naturaleza en general es su hábitat, es por eso que los celtas y vikingos veneraban tanto a la naturaleza.
Algunos duendes consortes en brujería o hechicería pagana eran llamados familiares. Se dice que los druidas celtas y los hechiceros satánicos los usaban como espías o ayudantes para conjuros, que la madre tierra otorgaba estos ayudantes a sus druidas más selectos, en el caso de los satánicos, el mismo Diablo era quien lo hacía, es por ello que se les atribuía forma de un animal pequeño por ser discretos, ya fuera como un gato, hurón, sapo, rata o murciélago.
Suelen ser expertos en la magia, adivinación y demás ciencias ocultas, sin embargo, su magia es ineficaz contra alguien que porte un trébol de 4 hojas, son intolerantes a la imagen de San Patricio, el santo patrón de Irlanda, ya que fue este quien "les desterró de la casa de Dios", aunque en el día celebrado a este santo (17 de marzo) se dice que es cuando todos los duendes y demás seres de la fauna faérica emergen de sus escondites haciendo calamidades por doquier. Se les puede matar con hierro forjado, aunque también se les atribuye vulnerabilidad a la plata, al igual que los hombres - lobo, ya que la plata se considera un "metal santo" y las armas de plata son de especial predilección para hacer frente a demonios y demás seres.
Según las leyendas se pueden crear mediante la obtención de unas plantas que solo salen en La noche de San Juan. Estas plantas se deben guardar en una botella o recipiente fabricado en vidrio de color negro. que no se vea el interior del recipiente. Se debe dejar la botella cerrada durante toda la noche de San Juan y por la mañana abrirla y saldrá el duende creado para ser tu sirviente.
La tradición y el folclore de los duendes varia acorde al país donde a los "Duendes y elfos" se les conoce también por diferentes nombres.Según la mitología celta británica, el rey de los duendes y elfos responde al nombre de Lord Oberón, y se le menciona en Macbeth y demás obras del poeta inglés William Shakespeare, además que también se le hace mención en el Fausto de Goethe junto con un coro de silfos que invoca Mefistófeles con tal de seducir al doctor Fausto.
Según la historia de Fausto, Lord Oberón contrae matrimonio con la reina de las hadas, Lady Titania, para así consagrar la unión de ambos reinos elementales de la naturaleza. Oberón tiene un consorte que lo acompaña a todos lados, Puck, un duende menor erudito en la magia, prolongando así la dualidad clásica de la literatura Rey - Mago, tal como Arturo y Merlín.
En los cuentos tradicionales infantiles, la figura del duende suele asociarse a pequeños seres bonachones, que acostumbran a ayudar en secreto a los humanos, recompensando las buenas acciones y castigando a las personas egoistas y deshonestas. Representativo es el clásico de El zapatero y los duendes, de los Hermanos Grimm.
Herederos de esa tradición son muchos de los cuentos contemporáneos sobre duendes, como Un duende a rayas, de María Puncel, Los Duendes de Cristal, de Yolanda Lleonart, Los duendes de colonia-Estrella, de Augusto Kopish, o Los duendes de Navalcarnero, de Rubén Serrano.
También existe la literatura faérica de terror, tal es el caso de las novelas Extraña Simiente y Cuento Infantil de T.M. Wright y Cuento De Hadas de Raymond E. Feist, en estas historias, los duendes, hadas y demás fauna elemental se convierten en malvados dejando a un lado el prototipo bondadoso que muestran los cuentos para niños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario